Basada en la cultura japonesa, Onna es una especie de espectro ( o fantasma, más bien) que, pese a su redonda cara, su rostro no ofrece una mirada más que despiadada.
Para crearla me inspiré en varios cuentos y leyendas sobre fantasmas japoneses, en este caso, la leyenda de una muñeca a la que le crecía el pelo.
Digamos que la técnica que empleé en el dibujo me ayudó a acentuar ese aura malévola y, a mi parecer, terrorífica de Onna.
Tinta china aplicada a pincel y plumilla sobre papel de alto gramaje.